➤ Una historia con moraleja que te puede CAMBIAR la vida


 Una historia con una profunda enseñanza



Una historia de reflexión que te puede CAMBIAR la vida



¿Te gustaría conocer una sencilla pero profunda historia hecha por mí mismo que te revelará el secreto de la felicidad?

Este post lo he querido hacer diferente. Un post más dinámico y entretenido, ¿y qué mejor forma de lograr ese resultado que con una historia?

En este artículo te traigo una historia con enseñanza hecha por mí mismo. Una historia inspiradora que me hubiese encantado leer cuando comencé en el desarrollo personal. Una historia sencilla y fácil de leer, pero que tiene un secreto que puede cambiar tu vida.

Y aunque no soy un escritor de ficción ni nada por el estilo, sí he querido variar un poco esta vez y sorprenderte con algo diferente. Sin mencionar que las historias con moralejas son buenas formas de entretener y al mismo tiempo enseñar.

Sin más que decir, te dejo con la historia :)


 

Una historia para reflexionar sobre la vida

 

 

Robert, el hombre infeliz


Era una vez un hombre llamado Robert. Este hombre era muy humilde, pues provenía de una familia con bajos recursos. Robert no era feliz debido a su pobreza. Se decía constantemente: “si fuera rico sería feliz”, “si tuviera una gran y bella casa sería feliz” o “si tuviera un carro deportivo sería feliz”.

Robert vivía en una zona rural. Por esta razón, tenía que ir cada día a pie desde el trabajo hasta su casa, teniendo que atravesar un bosque. Un día, cuando Robert iba caminando sólo por ese bosque, vio lo que parecía ser un hada. Robert pensó que estaba loco, pero allí estaba, una auténtica y hermosa hada.

El hada le dijo a Robert: “eres el hombre más afortunado del mundo, ya que estoy aquí para cumplirte cada uno de tus deseos”. Robert, emocionado por lo que el hada le había dicho y confundido al mismo tiempo sin saber por qué le había tocado a él ese milagro, le dijo al hada: “quiero mucho dinero, una gran mansión y un coche deportivo”.

El hada, sin cuestionar la petición de Robert, hizo sus deseos realidad. De pronto, tuvo mucho dinero, una gran casa, un auto deportivo y mucho dinero en efectivo. Robert estaba asombrado, no lo podía creer. Pensaba que al fin ya tenía todo lo necesario para alcanzar la felicidad, o al menos eso creía.


Robert estuvo entusiasmado por todas las cosas materiales que tenía los primeros dos meses. Pero luego de tres meses de aquel milagroso y extraño suceso, Robert volvió a sentirse infeliz.

A pesar de que lo tenía todo lo material, no se sentía lleno ni feliz, y no sabía la razón. Tiempo después de esto, Robert se volvió a encontrar con el hada y le dijo: “querida hada, a pesar de que me lo has dado todo, no soy feliz. ¿Por qué ha sido esto?

El hada, con una sonrisa que transmitía un mensaje de “sabía que esto iba a pasar” le contestó humildemente: “si no eres feliz con nada, tampoco lo serás con todo”. Luego se marchó.


Robert se quedó atónito cuando vio que el hada se había marchado. “¿Esa es su respuesta?” se dijo a sí mismo.

Pero luego de varias horas, Robert se quedó a reflexionar sobre aquella frase, para ver si podía llegar a descifrar su significado. En un momento, una poderosa idea le pasó por su mente: “creo que ya entiendo lo que el hada me quiso decir. Ella me dijo que, aunque parezca lo contrario, las cosas materiales no dan felicidad, que eso es toda una ilusión. Que está bien tener cosas materiales bonitas, pero que estas no sirven para dar felicidad, ya que al final nos terminamos acostumbrando y caemos otra vez en el sufrimiento, como me pasó a mí mismo – Se dijo a sí mismo.

Al querer perseguir la felicidad mediante los objetos – siguió reflexionando – caemos en un bucle eterno de gratificación instantánea y sufrimiento. Somos infelices porque no tenemos cosas, y buscamos más cosas para ser felices, sin saber que los objetos no dan felicidad, entonces caemos otra vez en el sufrimiento y queremos más cosas, cayendo así en un bucle infinito.

 

Y creo que con la frase “si no eres feliz sin nada, tampoco serás feliz con todo” – pensó Robert – lo que el hada me quería decir es que somo felices cuando somos agradecidos y no cuando compramos cosas. Que somos felices cuando nos centramos en lo que tenemos y no en lo que no tenemos.

Que – pensó Robert acabando con su reflexión – las cosas materiales no son cosas malas ni mucho menos, pero que no dan felicidad. Y esto era precisamente lo que hacía, buscar la felicidad en objetos, en vez de dar gracias por lo que ya tenía; por estar vivo, por tener un techo, por tener familia, por tener salud, por tener vida.


Luego de esta magnífica reflexión, Robert despertó y se había dado cuenta de que todo había sido un sueño. De que no tenía nada de mansiones, carros ni dinero, pero que en ese sueño de medianoche aprendió algo más importante que todo eso: la felicidad se encuentra cuando somos agradecidos y apreciamos las grandes y pequeñas cosas de nuestra vida, especialmente las pequeñas. Que la felicidad no es un destino material, sino que es un viaje en donde damos gracias por todo. Robert entendió que la clave de la felicidad es la gratitud.

Desde ese día, Robert vivió y disfrutó de su vida como nunca. Unos diez años después alcanzó el éxito profesional y tenía la capacidad de comprar lo que él quisiera. Pero él sabía que no necesitaba de esas cosas para ser feliz, porque él ya lo era, hasta cuando no tenía nada.

 

Fin.



Conclusiones

 

Espero que la historia te haya gustado. Realmente no es algo del otro mundo, pero es algo diferente en este blog y siento que es un post especial. Sin mencionar que revela lo que para mí es el secreto de la felicidad: la gratitud.

Comienza a ser más agradecido en tu vida. No importa cuál sea tu situación, tienes algo por lo que estar agradecido.

En vez de quejarnos por lo que no tenemos, ¿por qué mejor no damos gracias por todo lo que tenemos y hemos vivido?

Si estás leyendo esto, seguro que tienes un techo, comida en la mesa, personas que te aman, puedes ver, tocar, sentir, degustar y oler, y otras muchas cosas por las que debes estar muy agradecido.

Da gracias por todo eso. Da gracias siempre. Cuando te descubras quejándote, cambia esos pensamientos de queja por pensamientos de gratitud, y mira como tu vida cambia…

 

"La verdadera prosperidad llega cuando damos gracias por el momento presente” (clic para twittear)

-Eckhart Tolle

 


Realmente espero que esta pequeña y sencilla historia te haya inspirado y ayudado. Si fue así, puedes apoyarme con un comentario, y compartiendo esto con alguien que sabes que necesita este post.

 

¡Gracias por leer!


.

Comentarios

Publicar un comentario